BEDAO PESCADO EN PEDREÑA. (DIPLODUS CERVINUS) EL REY DE LOS JARGOS.

Desde el muelle es difícil ver, o tener la suerte de que esa picada que llevamos tiempo esperando, sea la de un Bedao. Si alguien me pregunta por el pez que más me gusta, sin duda le voy a contestar que el rey de los peces en sabrosura, es este.

Esta primavera pasada, en una de tantas noches de viernes a sábado, nos dio por acercarnos a Pedreña (Marina de Cudeyo) a uno de sus muelles, que son muy cómodos y luminosos y a los cuales se puede acceder sin problemas, ni de aparcamiento.

La entrada de la ría de Cubas, la que va hacia el puente de Somo, es paso de muchos peces y es un buen lugar para utilizar cebos de la zona, aunque siempre acostumbramos a llevar de todo.

 

Después de varias capturas y sueltas por el tamaño de chapetos, chovas y algún aligote, una de mis Shimanos se meneó de repente, no vimos la causa del meneo ni picada alguna, así que nos quedamos un poco más pendientes de lo habitual. Otra vez se produjo el meneo, causa de una tremenda picada que curvaba la caña, hasta un límite insospechado para ser una picada de muelle. Después de soltar carrete y de arrancar unos metros con el sedal entre sus fauces, el pez en cuestión fue cediendo en su bravura y al final 10 minutucos después se dejó ver en la vertical del muelle. Mi sorpresa cada vez era más visible, “UN BEDAO”, hacia años había atrapado un par de ellos, pero chiquitucos.

Después de las fotucas de rigor, y de quitarle lo que le quedaba de cangrejillo, toco echar mano del peso, que marco 1,140 kgrs. Estos que describo a continuación son sus datos más característicos
Tamaño: de 20 cm a 35 cm
Profundidad: De -2 a -80 m
Hábitat y Datos: Pertenece a la familia de los esparidos, de la cual es el mayor, es omnivoro y obtiene su alimento por medio de sus dientes y sus labios carnosos. Su coloración es plateada como el resto de su familia, aunque tiene cinco franjas negras de gran anchura como si de una cebra se tratase. Se encuentra en fondos rocosos y praderas. Se acerca a los rompientes de espigones a escasa profundidad y suele ir en parejas, aunque de adultos se vuelven más solitarios.

Todavía nos quedaba noche para largo, y seguimos lanzado cebos al agua, para poco después ver como una de las cañas de mi compañero Raúl, en este caso una Shimano Force Master BX 425, se tambaleaba sin parar. Menos mal que en esa zona del muelle hay rampa, porque sinó dificil hubieramos subido ese pedazo de pieza que colgaba del sedal, "Un Chucho" de casi tres kilitos que no había padre que le moviera, ni por peso, ni por su aguijón.

En la imagen siguiente vemos a Raúl, intentando domesticar a "CHUCHI", antes de devolverle al agua.

 En fin, otra aventura más en esto de la pesca, que cada fin de semana nos trae por la calle de la amargura o de la felicidad, el mejor motivo para disfrutar de la naturaleza, del paisaje y de la amistad. Y si encima se pesca, pues mejor que mejor.

SALUDUCOS A TODOS LOS PESCADORES DESDE CANTABRIA